13 de septiembre de 2008

El encanto de los perdedores


El fumador y otros relatos
Marcelo Lillo
Edit. Mondadori
130 Páginas


Como en la mejor literatura norteamericana en los cuentos de Marcelo Lillo no pasa nada. Es la sensación permanente de que todo está perdido y que los buenos tiempos siempre fueron para otros. En los diez cuentos, editados sobriamente sobre una tapa negra en la que se desliza una pequeña bocanada de humo, hay sutiles e inmensas historias de amores perdidos y escritores fantasmas que venden sus libros puerta a puerta. Del valdiviano Lillo se sabe que es el escritor fracasado con más premios acumulados en cincuenta años.
El relato que da título al libro transcurre principalmente en una clásica picada de camioneros, en dónde las “piscolas” aun se llaman “combinados”.El protagonista, como en casi todos los cuentos, está a punto de separarse. En esa noche de distracción conoce al escritor que vende sus libros a domicilio. Un aspirante a profesional que fue despreciado por la crítica y que es capaz de inventarse una vida para vender un libro en cinco mil pesos y dejarlo en cuatro mil con el respectivo descuento.
El espíritu de Carver gobierna sobre todos los cuentos de Lillo. Los actores de ambos son cesantes, abandonados, dipsómanos angustiados, con futuros imprecisos y por sobre todo en ambientes nublados, fríos y precarios. También como en John Cheever las cosas comienzan a ir peor cuando todo mejora. Las parejas se separan cuando alguno consigue trabajo, o cuando se curan de alguna enfermedad
Hay algo tan parecido a la verdad en los cuentos del valdiviano que asusta pensar como llegó a los cincuenta sin fichar sus creaciones en una editorial importante. Quizás se deba a esa la irresistible tentación de la derrota, eso de dejarse caer sin esperar que te recojan. A pesar de los 25 premios más importantes que le cuelgan queda la sensación que Lillo te escribió un cuento a la medida, solo para ti, sin importar la academia, sin asistir a un taller literario, sin intoxicarse con las palmaditas en la espalda.

No hay comentarios: