29 de noviembre de 2007

Yo soy mi propio asesino.


Uno no es más que la suma de dolores y gracias que logra construir y destruir en el lapso que te tocó. La mayoría es buena gente, o al menos el bien es el norte, y así nos educan. Son los menos los que buscan abierta y profesionalmente aniquilar a otros.
Después de vivir en los ochentas y recibir todos los estímulos cinematográficos con la resaca gringa de Vietnam pocas ganas te quedan de seguir con la Segunda Guerra y de ahí hacia atrás. A pesar de eso resistes y te encaminas por los nazis y el holocausto. He aquí el punto. Qué pasa cuando un oficial SS narra sus memorias, lejano a las culpas, cual zapatero te enseña su oficio. Te deslumbras, no lo liberas, pero hasta intentas comprenderlo. Y tampoco es lo de siempre "creía que hacía el bien", nooo el puto nazi gozaba matando.
Cada vez que un escritor echa luz a un ángulo diferente despierta interés. Cada vez que alguien se ofende giramos la cabeza, es inevitable observar un conflicto. Nos altera y tomamos una trinchera aunque los protagonistas no se enteren, a lo más resulta una sobremesa acalorada.
Las Benévolas, es una inmensa novela de casi mil páginas y seduce desde su prólogo. Me importa una real raja si es bestseller, longseller, o Peter Seller, la novela te engrupe desde el primer párrafo, y aunque es ficción entras al toque en el juego. Ojo con eso del juego. Mi estimado Al Pacino a cada rato nos recuerda que los que están en las películas son actores, y aunque les disparan mil veces no mueren, y aunque te emocionas y te chorrea la nariz sabes que es mentira, que está haciendo solamente una buena pega. Pero no falta el latero que te dice que es un actor, que todo eso no es real, que es una ficción, que es producto de una industria que factura. Los reclamos contra el éxito comercial de Las Benévolas no es más que paja académica, es decir, paja a dos manos.

25 de noviembre de 2007

El Fucking Secreto


Tan absurdo como un libro que intenta dilucidarlo todo, es quien cree que un libro puede dilucidarlo todo. De verdad no me cuesta nada venderlo, lo entrego y punto. El problema es la cara de pregunta del que se va a gastar 20 lukitas en "El Secreto" de Rhonda Byrne. Que le puedo decir a una linda y añosa señora que me sonríe cómplicemente esperando que confirme su elección y le diga lo bueno que es.
No puedo, abusaría del sarcasmo. "Claro señora, en esta huevada viene la receta de la eterna juventud, la cura del cáncer, el sida, como retener al marido, como ser buena madre, como ser buen hijo, como tirar como los dioses, como tener éxito en los negocios, 40 recetas contra la halitosis, que hacer con el dolor de huesos en invierno, como sacar las manchas difíciles de la alfombra, como peinar la alfombra, como condimentar el pollo navideño, y todo eso por la módica de 40 USD". No señora,no puedo. Pero le puedo decir que todas las estrellas del cine lo están leyendo y debido a eso los animadores de matinales locales también..
Ustedes entienden que mis prejuicios siempre tiene más sospechas por lo académico que por el mercado, pero en este caso, junto a otros cinco mil, el fenómeno se explica por otras artes.
Hay quienes siguen a un pastor, otros tiene un credo religioso milenario, una secta, un club, una organización, una corporación, una institución,y en el mejor de los casos un amante. Por qué no un libro que lo resuelva todo?, Los abogados me enseñaran el Código Penal, Los Médicos el Atlas de Anatomía, Los religiosos la Biblia, los sociólogos, los sociólogos, los sociólogos...Mmmm?

Desde ese punto de vista, y ningún otro, 40 USD son un moco de pavo, total los antes enumerados se llevarán bastante más que las miserables 20 lukas.

14 de noviembre de 2007

Carretera


La máxima expectativa de los personajes de Carretera de McCarthy es que mañana la temperatura tenga dos o tres grados más que hoy. Y es por la misma razón de aquellos que sienten que lo tienen todo, y en rigor no tienen nada.
De verdad que ya no importa quien cortó los arboles ni quien contaminó los ríos, ya no importa un carajo, solo se tiene el uno al otro para seguir buscando. McCarthy es una bestia, cada riesgo que asume el padre te hace temer por el niño y su soledad en un mundo acabado, y la muerte del niño ni decir.
Tantas veces repetimos que la ficción nos explica mejor la miseria humana y esta vez podemos decirle a Al Gore que su apocalíptica visión del próximo mundo tiene los mejores protagonistas en manos de la pluma más fiera y conmovedora, al menos de este año. No son más de docientas páginas bastante espaciadas por los diálogos.
En toda su magnitud Cormac da una clase de uso eficiente y breve de lo que debe doler y lo que debemos ignorar. Hacía rato que no me encontraba una historia que no me dejara en paz, que deseará concluir lo antes posible a pesar de que me asomaba al precipicio. Maldito Cormac McCarthy, la contundencia de su golpe llamado Carretera te deja insomne, te hace correr a tus hijos, te muerde, te saca un pedazo. No debiera ser necesario recomendarlo, debieras asumir que este puñetazo lleno de letras te convertirá en otra persona en el punto final, y creanme que no es hueveo, ni el más mínimo hueveo.