25 de diciembre de 2007
Autoayuda
Son dos las variables que generalmente te acercan a un libro. La principal es la recomendación autorizada, y segunda la tincada basada en una buena portada, una buena ubicación dentro de la librería o una huincha cautivadora.Cuando falla la recomendación, o no es posible conseguirla, para evitar la frustración vas por otro del autor o una versión endulcorada del original. No se imaginan el placer que produce cuando un cliente regatea una de estas novelas enmarcables y no lo lleva por que pensaba pagar un par de pesos menos. Al otro día regresa y con tu mejor sonrisa blanqueda le sueltas la banda sonora de la bookstore local: "Está agotado, le dije, pero usted no creyó".
Es así como Autoayuda, de Lorrie Moore, después de 20 años de su primera edición recién existen posiblidades de encontrar algunas copias. Pero, como en casi toda la buena literatura, estos veinte años nos prueban la vigencia de la académica escritora. Todos los cuentos que componen Autoayuda tienen un un nivel sobresaliente, y otros dos son imborrables, sobre todo el primero, "Como ser la otra mujer". La chica perfecta elabora un manual de como conseguir siempre al hombre de otra, o intenta descubrir la receta para que las que hacen de "otras" no cometan los errores básicos. Pero no es Brigit Jones, ni mucho menos. Es ácida y dolorosa, es una de esas que de verdad puede hacer tambalear un matrimonio "bien constituido", pero al final siempre se vuelve al redil de los santos. Con ese cuento los miserables de siempre ya debieran darse por pagados, pero la gringa te vuerle noquear dos relatos más tarde. Sumen Autoayuda a nuestro canon.
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