28 de octubre de 2009

EL CUENTO DEL TIO







Missing, una investigación.
Alberto Fuguet
Edit. Alfaguara.


Como casi todo en la vida, es muy difícil ganar mucho arriesgando poco. Alberto Fuguet compromete capital propio en un proyecto que le obsesiona de siempre, incluso se endeuda temerariamente con sus familiares para obtener un resultado que lo deja varios cuerpos por delante de sus pares latinoamericanos.

La obsesión del “perdido” convirtió a Fuguet en un coleccionista de extraviados, en las diferentes categorías que aquello podría significar. Desde el post adolescente de Krakauer (Hacia rutas salvajes) hasta el Empampado Riquelme de Mouat, con largas escalas en el colombiano Caicedo y muchas horas de carretera con Dos Hermanos, Road Story, e incluso su filme: “Se Arrienda”. Todo el canon de cine y literatura absorbido por un anglo-latinoamericano se transforma en un pedazo de libro cuyo título es desmedidamente pequeño para su contenido.

Missing, o la investigación del libro, es una excusa familiar para dejar de hacerse el huevón con la vida. De eso se trata, de no dejar atrás a los que se borraron, a los que no soportaron el “deber ser”, y no es por una devoción al “concepto” familia, es pura y simple supervivencia, que nunca es pura y mucho menos simple.

Las locaciones americanas, las bandas, los directores, los filmes, incluso los escritores estadounidenses citados por kilos se mezclan con los repuestos de auto en Diez de Julio, los videojuegos de ahumada y el Cine Huérfanos, en una disposición perfecta del transterrado.

A diferencia de sus ficciones anteriores, el casting de esta historia lo compone el clan Fuguet, que de clan poco tiene. Solo poseen a un escritor que observa potentes atributos literarios al lado B de su árbol genealógico. Pero a pesar de los años de esquivar el bulto las letras comienzan a caer por su propio peso. Todo por un artículo solicitado por una revista peruana. De ahí en adelante siempre fue un proyecto en curso, o pendiente.

La manera, la forma, el cómo se cuenta responde a las horas de vuelo del autor. Para llegar a estas maniobras se debieron recorrer todos los libros que publicó Fuguet. De las piruetas sale ileso, parado, como atleta ruso que atraviesa la pista con velocidad, da varios saltos mortales y cae de una pieza, desafiante, esperando la puntuación máxima y los aplausos de la popular.
La novela comienza en primera persona con una corajuda exposición de un autor en busca de sus personajes. Al avanzar, sin previo aviso, estamos en tercera persona, un niño chileno en estados unidos con la familia de su padre. Un niño solo. Volvemos a primera y de repente el tío Carlos responde los llamados. El perdido se ofende de su clasificación. Su argumentación no respeta el ancho de página, escribe como piensa. Rápido, huidizo, juvenil a pesar de sus años.

Las 386 páginas de la novela corroboran la relatividad del tiempo y el espacio propuesta por este tal Einstein. Se leen en una buena tarde, a diferencia del Sari Rojo, de Javier Moro, con las mismas casi 400 páginas que podría demorarme la vida.

6 de marzo de 2009

La estúpida vida suburbana.



La Novedad de los cincuenta...
Vía Revolucionaria
Richard Yates
Edit. Alfaguara

Arquitectos inspirados diseñaron durante varios años la revolucionaria estructura que modificaría para siempre el comportamiento de los consumidores chilenos. Crearon unos fabulosos “caracoles” que permitían experimentar una ascensión divina al minuto de comprar. Todos sabemos que pasó con ellos. Los que terminaron bien son el paraíso de la estética depilatoria y los desventajados son topples de mala muerte. La siguiente imitación, que aun no tienen tan glamoroso desenlace, son las ciudades satélites que los norteamericanos popularizaron como suburbios.
La idea es vivir lejos del trabajo, lo más que se pueda. Esto permite a los maridos tener vidas paralelas y a las esposas inconmensurables prados que podar e impecables cocinas para aturdir sus frustraciones.
Los protagonistas de Vía Revolucionaria asumen el modelo propuesto por alguien superior a ellos, forman parte de una extensa manada que no cuestiona en lo más mínimo esta manera de vivir hasta que las mascaras empiezan a derretirse por el pasado y los trajes del suburbio son demasiado ajustados para un matrimonio apunto de explotar.

En la versión fílmica del libro (Solo un sueño) el curso de la historia aparenta una pequeña esperanza cuando la protagonista, en un arrebato iluso y valiente, propone a su marido trasladar sus vidas a Paris. En el libro nunca hay esa sensación. April Wheeler es la hija de un matrimonio que duró dos meses, que fue criada hasta los cinco años por su tia, y luego por unas amigas de su madre. En ese minuto de lectura entiendes que Paris o Chimbarongo son lo mismo para una esposa desesperada.
La tinta que utiliza Yates para dibujara a sus personajes es de cianuro. Les calza traje, les pone un auto, el césped es del verde adecuado, la vida sexual no es pacífica, los hijos son rosaditos, alcanza para el asado de fin de semana, y sin embargo, está todo mal. El que se sienta aludido por el autor, el que piense que ese cubículo que le dan por oficina, y que esa rubia de cejas negras que tiene por esposa no son lo suficiente para él, es el lector menos indicado para este tipo de experimentos narrativos.
La primera publicación de Vía Revolucionaria fue en el 1967, cuando Santiago aun se dividía en barrios y poblaciones. No como hoy, que tardé dos horas en llegar a mi despacho, que por cierto, es un cubículo.

Artículos íntegros en RS Marzo

6 de febrero de 2009

El primer mártir del Rock

Desde La tintura de Elvis hasta el influjo de su madre muerta.
El más inapelable de los documentales del Rey ya está en la vitrina.
(Comentario íntegro en Rolling Stone febrero)

En los dos tomos, que suman 1600 páginas, Peter Guralnik se gastó los once años que tardó en edificar lo que será durante varias décadas la biografía definitiva de Elvis Presley. A través de archivos de prensa, balances comerciales, declaraciones de impuestos, boletas de farmacias, entrevistas a sus amigos y enemigos, Guralnik logra revelar con una naturalidad iluminada el curso inevitable de la vida del Rey de Rock.
No era tan difícil pero había que hacerlo. Descubrir cuales eran sus libros de cabecera, su círculo más íntimo, desentrañar sus temores, sus frustraciones y las tan desmesuradas ambiciones que lo elevaron al podio de los que consiguen la popularidad de Cristo. Rastrear todos los hoteles en los que se alojó, buscar a quienes rentó casa, y aunque se escondieron, los encontró a casi todos. No hurgó demasiado en la basura, no había tanta. Solo varios cientos de botellas con anfetaminas que en aquella época no se conseguían en la botica de la esquina, ni se las encargaba a un sucio dealer que encarnara al maligno en esta historia, solo se necesitaba un químico farmacéutico de buena voluntad. Quizás dos, o tres…
Elvis se divertía de día y trabajaba de noche, era difícil acercarse al ritmo del músico. De ahí también su generosidad con las pastillas. Necesitaba de mucha gente que actuara de intermediaria en sus rutinas de cine o sus rutinas de grabación. Eran vidas paralelas que a fuerza de falopa entraron en un cuerpo.
Es un punto el de la droga. Estamos en los cincuenta y la información no fluía como hoy, incluso era fácil encontrar defensores con argumentos atendibles sobre los beneficios del uso del tabaco. Las anfetaminas apenas eran la anécdota de los kamikazes que se llenaban de valentía con un par de tabletas de tan energético fármaco. Elvis, después de varios años de consumo irracional, comprendió que la ansiedad de comer debió combatirla con abdominales y lechugas. Pero a esa altura, el gordo Rey, caricaturizado por el mismo, estaba a punto de desaparecer.

Para tranquilidad del lector, Guralnik se salta la triste infancia de Elvis y nos ahorra un par de horas en el diván. Presley viene del campo y sus primeros trece años son un espacio de mediocridad gracias a su padre. Memphis es su primera destinación urbana y su primera sacudida musical. Sin Memphis no hay Elvis, y según los datos de ingresos por conceptos turísticos de hoy, sin Elvis hay muy poco Memphis.

La profesionalización, el auge y la caída comenzó en Alemania, con el sargento Presley y sus 22 uniformes planchados para toda ocasión. Con todos los privilegios de una estrella que cumplió durante dos años su destinación militar, relegando la rebeldía musical a un tenue movimiento de caderas, que no irritaba a la jerarquía y dejaba más que conforme a las adolescentes que no le daban tregua.
Se gastaba las regalías de sus grabaciones en discos. Su archivo musical es uno de las magníficas preseas que puede colgarse el autor. Dos mil sobres con elepés transportó a su regreso a Memphis. Y también su primera gran obsesión, perdón, su primer amor: Priscila, que brizaba los 15 años.
Páginas y capítulos para el Coronel Tom Parker, el manager. El Coronel es a la vida de Elvis, lo que Coppola fue a la vida de Maradona.
Su mentor le entregaba total libertad musical, jamás le objeto la compra de alguna determinada letra, solo se preocupó que todas las manías y caprichos de su único cliente fueran consumadas a la brevedad. Elvis compró derechos de canciones que hasta no ser interpretadas por él sonaban añejas y desvanecidas. El negocio era el de siempre: comprar barato y vender caro. Elvis captaba el potencial de viejas canciones de gospel que permanecían archivadas en las cabezas de sus súbditos y al escucharlo a él producía un agradable efecto melancólico y de resurrección.
Los casi sesenta mil pesos que cuentan los libros duelen solo si caen en la cabeza. Su cuidado empaste, que al ubicarlo en tu mueble de libros une el rostro del Rey, es un admirado retrato que exhibe en trazos brillantes los dolores profundos, y en tonos resplandecientes las miles de horas de grabación de música inolvidable de Elvis Presley.

21 de diciembre de 2008

Mentiras de mierda y otras bondades / Rolling Stone Diciembre

La vergüenza del “cuarto poder”.

Spiniak y los demonios de la plaza de armas
Edit. Copa Rota / Escuela de Periodismo UDP
$14.900


Gemita Bueno mintió y ahora vende ropa interior en un puesto del Persa Estación. El cura Jolo llega a fin de mes cobrando la comisión por fiambre embalado en una funeraria. De los varios cargos que enfrentó Spiniak solo paga condena por una asociación ilícita y en libertad. Actores, voluntarios y accidentales, de este desaprensivo casting conspiraron en la caída de una prensa ansiosa de obtener su local versión de “la hoguera de las vanidades”.
Ana Maria Sanhueza y Pablo Vergara ordenaron cronológicamente en 550 páginas las consecuencias de la inconveniente y compleja vida sexual del empresario Claudio Spiniak. En el capítulo final el propio protagonista, espantosamente lúcido, expone su caso. Es una entrevista breve a un rehabilitado en curso capaz de observar el pasado como si se tratara de otra persona, de un monstruo pervertido y drogado, pero nunca de un delincuente.

Cualquiera de los lesionados por la historia de Gema y Artiagoitía pudo pegarse un tiro enfrentado a uno de los delitos más despreciados por la sociedad, y aunque eso no ocurrió, persevera el murmullo infiltrado por la prensa, por el karma de la censura, por poderes fácticos o por antagonismos políticos de que los acusados realmente “algo hicieron”. Probablemente muchos ataron cabos inexistentes con la fe de encontrar en la derecha el relato opuesto al conservadurismo que predican, el comportamiento satanizado de los que van a misa con rosario en mano. Aun sin quererlo, la historia despertó la simpatía de quien descubre al alumno ejemplar practicándole sexo oral al profe cartucho.
La maldición del caso Spiniak contaminó a cuanto juez, actuario, periodista y político se le cruzó. Pobre de los que debieron revelar sus vidas paralelas gracias al archivo mental de proxenetas y pequeños putos que paseaban por tribunales cobrando sus minutos de gloria por atender a los ricos y famosos.
Por fin se trataba de un solo país, de un lugar en que los poderosos llegaban hasta la Plaza de Armas en autos de 15 millones y pagar 10 lucas por una aberración consentida. Cuestión que sigue ocurriendo en cientos de esquinas, de todo el mundo y todos los días.
El libro que edita Copa Rota y la Escuela de Periodismo de la UDP es una lupa a un mundo concientemente ignorado, el punto ciego de la ciudad, dónde pueden ir los que se atrevan pero sin decir nada a nadie. El mundo de los proxenetas o astutas ratas que consiguen hambrientos para llevarlos de paseo a casas del barrio alto. Todos ellos manipulados, principalmente por algún periodista que buscó algún otro famoso en la agenda del dueño del gimnasio Go, Fitness & Spa.
Es un puzzle de una dimensión imposible de ser creado por una sola persona, una trama que se fue edificando y reproduciendo en una competencia demencial por el “golpe periodístico” y en que las pericias judiciales eran publicitadas y adquirían con frecuencia el carácter de “extra”. Y a la vuelta de la esquina algunos siguen ahí mismo, con el mismo ánimo denunciante, como editores, con cargos públicos, como un osado desafío al irrespetuoso e inapelable documento periodístico que entregan dos profesionales en serio. Vergara y Sanhueza encarnan al fin su alter ego televisivo “La Ley y el Orden”.


De que murió Picasso?
¿Qué es una ginecocracia?

¿Qué se yo?
Ediciones B
Andrea Palet y Eliana Araneda
$ 12.000

¿Habrá algo más sensible que el ego intelectual?; ¿Habrá algo peor que aparecer como ignorante en una reunión social? ¿Es posible hacer un libro solo con preguntas y respuestas?, ¿Es posible escribir una reseña de un libro de preguntas y respuestas solo con preguntas?, ¿Hay vida después de la muerte?. ¿Hay vida en Marte?.
¿Que se yo? es el nuevo libro publicado por Ediciones B y se asoma como el hits obligado para la próxima navidad. Claro que no explica si hay vida en Marte o si hay vida después de la vida, aunque si no eres capaz de responder unas 40 preguntas podrían declarar tu muerte cerebral.
Andrea Palet, la editora con más estrellas en la industria local, y su madre, Eliana Araneda, recopilaron todos los cuestionamientos que debiera acumular un humano atento a lo que ocurre a su alrededor, y que progresivamente importa de menos a nada.
Por efecto de la melancolía tendemos a creer que nuestros contemporáneos eran personas más informadas que el adolescente promedio de hoy, pero solo podemos confirmarlo. De ahí la urgencia de jugar y demostrar empíricamente cuan ignorantes e indefensos a la historia son los cachorros.net.
Ni las pesadas y superdotadas enciclopedias virtuales han logrado desprender el interés por el fotolog de las compañeritas, y aunque luego de ver el fotolog de las compañeritas cuesta abandonarlo siempre se debe contar con un padre o madre cariñoso que te rompa el PC y te pase un libro. Así podrás entender, mi querido educando, que La Kennedy no lleva su nombre por la fantasma rubia, y que si te preguntan de qué país era oriundo Mahoma, no sepas que es oriundo.
¿Qué se yo? tiene carácter urgente, de libro imprescindible, tanto para quienes tienen en su biblioteca solo la guía telefónica o la cuidada colección de los clásicos griegos.
Picasso murió de un ataque al corazón, y una ginecocracia es el gobierno de las mujeres. Si Hillary Clinton hubiera ganado las primarias, probablemente sería la primera vaginoamericana en liderar EEUU.

Crónica especializada en oligofrénicos
Pequeño instructivo de aparatos casi humanos

Crónica de un subnormal para gente inteligente
Werne Nuñez
Edit. Norma

Gracias a Werne recordamos hoy, entre otros, el sinuoso camino recorrido por Salo Luna. Fugado de Colonia Dignidad junto a su teutón e inseparable amigo Tobias Müller, el muchacho de cuidados modales protagonizó una de las mejores temporadas de Informe Especial. Se escapó atravesando la espesura del predio y las trampas de Paul Schafer, cual alemán oriental sorteó el muro para encontrar la total libertad en occidente. Luego se tiño el pelo de rubio, se arreglo las uñas y se inventó una carrera de cantante al estilo Rene de la Vega, pero con un talento aun más discreto. Salo dialoga con Núñez. Núñez va al grano y Salo gambetea.
El nombre de Núñez inquieta; Werne. La combinación entre Julio Verne y Cristián Warnken. La mezcla entre un adelantado de la ficción y un entrevistador cálido y reposado. Quizás la clave para mejor llevar las crónicas de Núñez se encierra en esa ligera y casi inexistente frontera entre la ficción y el nuevo periodismo.

10 de noviembre de 2008

La rebelión perpetua del funcionario.

La vida de antes de la fotocopiadora.

Bartleby, El escribiente.
Herman Melville.
Nórdica Libros
79 paginas encuadernadas lujosamente.

Escribir dos mil caracteres sobre un libro que no pasa los diez mil parece una insensatez, incluso preferiría no hacerlo, pero sobre Bartleby de Melville hay algo más que una enciclopedia. Las vidas opacas y mínimas en una oficia de copiadores se ha transformado en cientos de metáforas, lecturas e interpretaciones, sobre todo en una época en que el desprecio al funcionario es un hits.
La nueva versión ilustrada dramáticamente por Javier Zabala, que presenta Nórdica Libros es un portal a ese extraño mundo de hombrecitos grises que entregan la vida a la clasificación y transcripción metódica de documentos legales, claro, hasta que llega Bartleby a presentarles su maravillosa pancarta rebelde, la negación de si mismo: “Preferiría no hacerlo”.
El escritor español Enrique Vila Matas utilizó el personaje, que Melville creó en el siglo XIX, para representar a todos esos escritores que de pronto detuvieron su oficio. Salinger, Pinchon y Juan Rulfo padecieron del síndrome Bartleby y se abstuvieron de continuar el sendero que el mundo literario les imponía, escribir y publicar uno más.
Nadie sabe muy bien que pasa por la cabeza del oficinista que trabaja en Wall Street, y nadie logra detener su silenciosa pero obstinada consigna que amenaza al mundo productivo de la eficiente oficina. El jefe ve como todo el peso de su autoridad no hace mella en el rebelde. Ni las penas del infierno que alcanzan el despido, y al que Bartleby responde una y otra vez, quizás solo un poco más cansado: “Preferiría no hacerlo”.
Cómo se arma una breve novela repitiendo la misma frase en no más de 20 páginas, con un personaje sin vida, con pasado y futuro inciertos, sin balas de por medio, sin arrebatos histéricos de los típicos clichés norteamericanos, con la única y poderosa idea de seguir respirando sin hacer nada.
Herman Melville inventó también a ese puñado de hombres entregados a la voluntad del capitán de un barco ballenero en busca de un cetáceo blanco, lleno de retórica divina y con todas las miles de páginas que contiene Moby Dick. Es todo lo contrario de la precisión y austeridad de Bartleby. El escritor se burla y desprecia a si mismo. El escribiente que hace miles de copias perfectas de obras monumentales, y pequeñas joyitas, muere sin redoble de tambores y es sepultado un día cualquiera en un cementerio cualquiera a unas pocas cuadras de su querido “preferiría no hacerlo”.
Las interpretaciones siempre son el privilegio del lector, a pesar de la obsesión psicoanalítica por hacer nos creer que Melville odiaba a su padre y deseaba a su madre. En esa insurgente rebeldía de no hacer lo solicitado Bartleby debió tener más poleras que el Che Guevara y el Sub Comandante Marco, sobre todo por que nace en Wall Street, por que usa más ropa y discursea menos que Gandhi y por que tarde o temprano se convierte en el personaje más admirado por los grandes escritores que se hartan de escribir.

Sobre el uso y abuso de Bob Marley

Exodus
Bob Marley & The Wailers
Libro + Cd

Si te faltaban fotos para completar tu colección de retratos de Marley en tu dormitorio no debes perderte esta delicada edición especial del 30 aniversario de la publicación de Exodus. Aquí encontrarás a Marley contemplando el oeste, a Marley contemplando al sur, e incluso, a Marley meditando. Tres fotos de Marley en contrapicado y dos en bicicleta. También está Marley luchando a favor de la igualdad en el avión camino a Nothin Hill.
Esta edición de lujo de cómo se gesto Exodus es solo para fanáticos.

Trivia para Nerds

Cien libros chilenos
Álvaro Bisama
Ediciones B
313 páginas

Es tarde y se acaban las cervezas. Nuestros amigos cronistas y escritores no quieren irse a casa. Entonces, el más creativo suelta la idea: ¿Cuáles son tus libros chilenos imprescindibles?. He aquí la lista arbitraria y caprichosa del Comelibros del Mercurio, Álvaro Bisama.
Son quinientos años de historia sometidos al filtro de un lector compulsivo que no pasa los cuarenta. Las sospechas de la legalidad de la selección quedan absueltas una vez sobrepasado el prólogo, o justificativo. Es un artificio editorial que sirve para acrecentar el polvoriento acerbo de literatura nacional y también como juego de trivia para nerds instruidos.
Están casi todos los que leímos a punta de azotes en el colegio, y la mayoría de los que disfrutamos en la adolescencia y que hoy nos averguenzan, no hablo solo de Fuguet. Están todos los que se ganaron los aplausos de la academia a punta de cuidados y soporíferos malabares estéticos, y no hablo solo de Donoso. Hay varios de esos libros inolvidables que en este minuto no recuerdo y también esta el finado Bolaño como estandarte de la narrativa latinoamericana actual.
La descripción de los libros es tan ambigua como la selección. El argumento de Bisama sirve tanto para descartarlo como para acogerlo, pero es informativo, entrega datos de la época de publicación y una que otra anécdota del autor.
Los Cien libros chilenos asume el karma de la fiebre originada por el Bicentenario de la República, y como tal corre el riego de ser solo el síntoma de una obligación por cerrar el “item cultura” programada por el comité.

5 de octubre de 2008

Las Nenas con las Nenas


Radiografía privada de egos sensibles.

Los Nenes
Patricio Fernandez
Editorial Anagrama
175 páginas

De la prestigiosa cava de Jorge Herralde, editor y dueño de Anagrama, surge Los Nenes, de Patricio Fernández , ex director y medio dueño del The Clinic. La novela es la disposición lineal del staff de amigos del autor, algunos actúan con nombres verdaderos, algunos solo conservan la letra inicial, y el resto responden a claves que deben ser infinitamente graciosas para quienes pertenecen a la “movida” literaria local chilena.
El regreso a un viejo amor de Irribarren funciona como el eje al que se adosan las anécdotas de pintores, periodistas, escritores y editores en los meses previos y posteriores a la muerte de Pinochet. Todos artistas e intelectuales capaces de destruirse con frases altamente ácidas y sesudas, que finiquitan con un “conchasumadre” para seguir firmes junto al pueblo.
Intencional o no, el cuadro expuesto por Fernández, es la versión patética de gente que vive en un mundo lejano al poder real, escritores que vierten sus vidas en un libro con el afán de obtener respeto en un universo incalculable de personas, que no son más de veinte.
“Los nenes” fue la denominación que el escritor Gonzalo Contreras le otorgó a la camada de jóvenes talentos que crecieron o fueron publicados por el editor Germán Marín, su “archirequetecontraenemigo” que le habría mal editado una novela, lo que en el mundo real equivale a que alguien te diga feo. Para los escritores de esta historia el mundo se divide en dos, los que estiman a Marín y los que estiman que debe morir.
Marín, que en la novela figura como Miranda, es definido por su apodo: “Vieja Culiá” un señor que inventa odiosidades a fuerza de declaraciones inoportunas e hirientes para esos frágiles y susceptibles egos. Un extra sobresaliente es el prepucio de Rafael Gumucio, tan sobresaliente que se escapan varias páginas en la angustiosa extirpación quirúrgica, no religiosa, del capuchón del cronista.
La novela está cruzada por ofertas de puñetes y verborrea alcohólica. Pelambres baratos y discusiones interminables sobre buenos y malos escritores, sobre camaradas políticos, sobre amores cobardes que solo existieron en la ficción. Toda la violencia es moral y ética, los rivales no entran en batallas físicas pese a los bosques que talaron para publicar sus radicales diferencias de puntuación. El envoltorio es un paquete nostálgico, un mundo improductivo, en el que aun no se sabe quien paga la cuenta de los frecuentes almuerzos en el resucitado restaurante “El Parrón”.
Como se trata de una ficción, animada por la “realidad” o la “verdad”, hacer exigencias o aterrizarlas a un mundo de gente que trabaje de nueve a seis no es licito. Pero como tampoco se trata de épica fantástica, al menos, los personajes debieran ser más que sus pequeños suplementos de crítica literaria. Aun así, Patricio Fernández logró inscribir su nombre en uno de los catálogos más idolatrados por los lectores exigentes, y de paso perder a uno que otro amigo.
Continua leyendo en Rolling Stone / Octubre

30 de septiembre de 2008

Phillipe Lopate contra “La alegría de vivir”


Todo lo que te enseñaron es falso.
Editorial Tumbona
58 páginas

En esta infame esquina el pusilánime informado; el precursor del negativismo; el discípulo aventajado de Nietzsche; el escritor Phillipe Lopate. En la esquina opuesta: las postales de Doisneau; las chicas vestidas de marineritas, el consumo desquiciado, los convites de la socialité. Con ustedes “La alegría de vivir¨.
Con argumentos insoportablemente lúcidos Lopate destruye el modelo occidental que representa un estilo de vida sin sobresalto. El riesgo corre por cuenta de la editorial Tumbona, un sello mexicano independiente, que se asoma en las vitrinas locales con portadas de viejos combates en el ring.
El segundo round, o el segundo libro, es de Jonathan Lethem contra “la originalidad” en dónde explica los preceptos básicos y los beneficios que tiene para el humano el anonimato absoluto. Heriberto Yépez contra la Tele-visión, es el tercero. El cuarto tomo, que no pasa de las 50 páginas, lo protagoniza Laura Kipnis nada menos que contra “el amor”. Kipnis protagoniza el episodio más pasional de la velada. Quien dijo que había que querer? Y de ahí en adelante todo es bajada. Probablemente la autora no entró en el cuadrilátero pensando en ganar la contienda.
La delirante colección Versus de Tumbona tiene como objetivo predicar con el desanimo, hacer de la frustración una nueva y maravillosa forma de vida.
En preparación está el round que sostendrá Witold Gombrowicz contra “los poetas”. Al polaco le tocó fácil.
Continua leyendo en Rolling Stone / Octubre

El lado amable de Scarface

Conversaciones con Al Pacino
Editorial Norma
Lawrence Grobel
291 páginas

Los periodistas suelen ser tipos simpáticos, se les da fácil la conversación, y de ahí a establecer amistad es un paso. Grobel no traiciona su relación con Pacino, pero no abunda en elogios, ni en revelaciones oscuras. Es una dialogo absorbente sobre cine, teatro y la vida.
La generosidad de uno de los actores más elogiados del siglo, es propia de alguien imposible de cuestionar, es la sabiduría y la humildad del todopoderoso.
Hay pasajes dramáticos, hay detalles de la infancia, incluso hay una suerte de psicoanálisis público aceptado. Deben ser tantas las entrevistas que tarde o temprano terminó profundizando en su “yo”, en la culpa y en el perdón. Es una conversación de viejos zorros, de estibadores avezados, de amigos.
La expertis de Lawerence Grobel en la entrevista tiene tradición. Su libro “Conversaciones íntimas con Truman Capote” obtuvo el premio PEN y su dialogo con Marlon Brando es la Biblia de los muchachos que quieren ser actores.
Continua leyendo en Rolling Stone / Octubre

"Hugo Cabret" por Microsiervos.com


La invención de Hugo Cabret

La invención de Hugo Cabret Brian Selznick. Ediciones SM 2007. ISBN: 9788467520446. En inglés: The Invention of Hugo Cabret.

(Nota: Ediciones SM nos envió un ejemplar de este libro por si nos apetecía leerlo y reseñarlo, sin compromiso alguno.)

A principios del siglo XX Hugo Cabret intenta por todos los medios pasar desapercibido mientras vive en la estación de tren de Montparnasse en París, para lo que se encarga de mantener sus relojes en funcionamiento para que nadie se de cuenta de que su tío, que era el encargado de hacerlo, ha desaparecido y de que ahora vive solo.

Su mayor temor es que lo manden a un hospicio y no poder terminar la reparación de un autómata que su padre había encontrado abandonado en el ático de un museo, tarea en la que empeña su tiempo libre y su gran habilidad mecánica, pues está convencido de que el autómata esconde un mensaje de su padre.

Hugo reparando un juguete © Brian Selznick

Pero un día Hugo, en su afán de conseguir piezas para reparar el autómata en cuestión, es descubierto robando en el puesto de juguetes de la estación por el dueño, que lo retiene durante un rato y le confisca el cuaderno en el que su padre y él habían ido recopilando las notas sobre la reparación del autómata.

A partir de ahí a Hugo no le quedará más remedio que intentar acercarse al dueño del puesto de juguetes y a la peculiar chica que lo ayuda para intentar recuperar el cuaderno, y para ello tendrá que aprender a confiar en otras personas, algo que le costará enormemente, pero que cambiará su vida para siempre y de manera sorprendente.

Este libro, cuyo autor es un conocido ilustrador de libros infantiles, combina texto, ilustraciones en blanco y negro y fotografías de forma muy efectiva -más de la mitad de las páginas del libro contienen imágenes- para contar una historia entretenida, en la que se homenajea a los pioneros del cine, mezclando personajes reales con personajes imaginarios, y se lee casi de un tirón si tienes tiempo y te dejas enganchar por la historia, aunque quizás convenga aclarar que es un libro dirigido principalmente a niños de 10 a 12 años, algo de lo que yo no era consciente al empezar a leerlo.

La editorial ha montado además una web en la que se pueden ver tres trailers que se corresponden con otras tantas secuencias de ilustraciones del libro, descargar los tres primeros capítulos en formato PDF para leerlos, y algunos fondos de escritorio, así como ver una reseña del libro y diversos enlaces relacionados.


***DISPONIBLE EN QUÉ LEO POR LA MÓDICA DE $29.900 (JOYA)

20 de septiembre de 2008

Recortes de otro librero. (Capitan Burton, B.A) Aunque bien podrían ser nuestros amigos de la vuelta...

Yo tendría que haberme dado cuenta desde el principio que había algo raro.
Pero la emoción no me dejaba pensar.
"Tomá. Las llaves de tu propia librería, que la disfrutes". Me dijo, antes de desaparecer.
Y entonces entré.
Sobre la primera mesa colgaba un cartel:
"No nos interesa su vida, pida el libro".
Vi, a mi derecha, a un empleado que le ponía una cabeza de burro a una persona. Me saludó y me explicó que era un cliente que no sabía el título del libro que buscaba, y en seguida se fue, obligándolo a caminar así por toda la librería.

Seguí avanzando hasta llegar al sector de suspenso. Un empleado ponía fajas en los libros: "fue la esposa" "la mató el vecino" "mueren todos". Interrumpió su tarea para saludarme con una sonrisa mientras le decía al oído a un cliente "está bajo la pirámide del Louvre", y me guiñó un ojo al decirlo.

Perplejo me dirigí hacia infantiles. Mientras caminaba vi que en el sector de autoayuda no había ni un solo libro. Solo un gran espejo con una inscripción que decía "Usted es ridículo".
Al llegar vi que las estanterías para chicos estaban todas cubiertas con alambres de púas, y que a los padres se los encadenaba a sus hijos.

Corrí a la caja. Los clientes eran despojados de todo su dinero y, a escondidas, bajo el mostrador, se les cambiaba el libro, dándoles lo contrario a lo que habían elegido.

Durante horas eran burlados, maltratados, ridiculizados.

Cuando la persiana cayó como una guillotina sobre el último cliente -aquél que se había quedado después del cierre-, me desperté sobresaltado.

-Tuviste una pesadilla? -me preguntaron.
-No... fue solo un sueño, un sueño de lo más hermoso -dije, mientras una lágrima rodaba por mi mejilla.

13 de septiembre de 2008

El encanto de los perdedores


El fumador y otros relatos
Marcelo Lillo
Edit. Mondadori
130 Páginas


Como en la mejor literatura norteamericana en los cuentos de Marcelo Lillo no pasa nada. Es la sensación permanente de que todo está perdido y que los buenos tiempos siempre fueron para otros. En los diez cuentos, editados sobriamente sobre una tapa negra en la que se desliza una pequeña bocanada de humo, hay sutiles e inmensas historias de amores perdidos y escritores fantasmas que venden sus libros puerta a puerta. Del valdiviano Lillo se sabe que es el escritor fracasado con más premios acumulados en cincuenta años.
El relato que da título al libro transcurre principalmente en una clásica picada de camioneros, en dónde las “piscolas” aun se llaman “combinados”.El protagonista, como en casi todos los cuentos, está a punto de separarse. En esa noche de distracción conoce al escritor que vende sus libros a domicilio. Un aspirante a profesional que fue despreciado por la crítica y que es capaz de inventarse una vida para vender un libro en cinco mil pesos y dejarlo en cuatro mil con el respectivo descuento.
El espíritu de Carver gobierna sobre todos los cuentos de Lillo. Los actores de ambos son cesantes, abandonados, dipsómanos angustiados, con futuros imprecisos y por sobre todo en ambientes nublados, fríos y precarios. También como en John Cheever las cosas comienzan a ir peor cuando todo mejora. Las parejas se separan cuando alguno consigue trabajo, o cuando se curan de alguna enfermedad
Hay algo tan parecido a la verdad en los cuentos del valdiviano que asusta pensar como llegó a los cincuenta sin fichar sus creaciones en una editorial importante. Quizás se deba a esa la irresistible tentación de la derrota, eso de dejarse caer sin esperar que te recojan. A pesar de los 25 premios más importantes que le cuelgan queda la sensación que Lillo te escribió un cuento a la medida, solo para ti, sin importar la academia, sin asistir a un taller literario, sin intoxicarse con las palmaditas en la espalda.

Borges el memorioso


Cuentos memorables según Jorge Luís Borges
Edit. Alfaguara
Varios Autores
379 Páginas


Lo que a todas luces parece un buen negocio, a veces, “es” un buen negocio. Preguntarle a Borges cuales son a su juicio los cuentos imprescindibles y publicarlos en una buena, pero no costosa edición, es un obvio acierto poco frecuente en la industria editorial.
Son doce cuentos incuestionables. Incluso contiene “El corazón de la tinieblas”, la novela de Conrad que mide lo mismo que un cuento. Se suman Poe, Kipling, O´Henry, Maupassant y Sinclair. Lo mismo hicieron con Cortazar y lo llamaron “Cuentos inolvidables según Julio Cortazar” y trae a Capote, James, Tolstoi, Onetti y Bierce, todos ellos muchachos que prometen.

No hay luz al final del túnel


Brother Ray
La autobiografía de Ray Charles
Edit. Globalrhythm
360 Páginas

Los agradecimientos de esta autobiografía podrían quedar enmarcados en los buenos chistes de Álvaro Salas: “Este proyecto jamás habría visto la luz sin el maravilloso …” y así continuar con las anécdotas escolares sobre oftalmólogos.
El de las biografías es un género cruel, todas las que son autorizadas no serán leídas, y las prohibidas, las que se llenan de querellas, tendrán éxito. En esta de Ray Charles no habrá abogados.
Las memorias del pianista ciego son tan dramáticas por si solas que cuesta leerlas. No hay duda que la vida de Ray fue dura, intensa y al final exitosa; con tantos excesos como aciertos musicales, pero resulta más cómodo observarlas a través de otros ojos, no con los del protagonista.

28 de julio de 2008

Las insignificantes y divertidas aventuras de un tipo normal.


Conejo de Viaje
Liniers
$ 9.500
Dicen que los escritores viven a través de sus personajes, que recrean aventuras que son incapaces de emprender. Odiseas y viajes rescatados de otros tipos que si se atrevieron. Liniers se inventó un conejo, que se llama Conejo, que es felizmente casado con Angie, que tiene un hijo, que dibuja para llegar a fin de mes y que parece estar totalmente satisfecho con lo que hace. Las verdaderas aventuras de Liniers consisten en comprar correctamente los pañales indicados por su mujer, en cambiar la rueda de su auto cuando se pincha, en destapar el infame WC, y esperar el anochecer del domingo para ver un nuevo episodio de la serie del HBO.
Conejo de Liniers, va por los 35 años y cada cierto tiempo debe hacer acto de presencia en las varias revistas hispanoamericanas en las que colabora. Esto lo obliga a viajar y a tener amigos en diferentes coordenadas del mundo. Mientras se desplaza, en vez de anotar ideas, dibuja los paisajes que recorre, siempre desde las orejas de Conejo.
Sus amigos lo invitan a todo tipo de mesas redondas sobre el arte de dibujar caricaturas, y aunque se duerme, asiste con regularidad. Podríamos intuir que le gusta viajar porque le encanta volver a su casa, con su mujer y con su hijo, antes del atardecer del domingo, como siempre, para no perderse el nuevo capítulo de la serie.
El conflicto de Conejo es generalmente con sus personajes. Un par de veces se han negado a trabajar, y cada cuanto amenazan con sindicalizarse. Incluso lo lincharon por un final inadecuado. En venganza, Conejo les sacó la cuadrícula del comics, los dejó sin gravedad por la impertinencia.
Hasta la publicación de “Conejo de Viaje” el alter ego de Liniers era un secundario, uno más de la galería de personajes creados por el argentino. Pero en este libro, editado por Reservoir Books, Liniers se da un preciado lujo por estos días, admitir que su vida es total y absolutamente normal.

Continua leyendo en Rolling Stone / Julio

Domingo de Separado


Derrumbe
Daniel Guebel
Mondadori Argentina
$ 9.000
188 páginas

Si estás en medio de una separación amistosa, madura y racional esta no es una buena novela. El protagonista es un completo inútil que endosó en su mujer la responsabilidad de vivir. Ahora que ella lo deja no tiene más remedio que pasar el día consigo mismo. Es un tipo autocompasivo que usa pantalón café, camisa verde y vestón azul y no entiende muy bien por que el mundo lo desprecia. Ama a su hija, por sobre todo ama a su hija. Separarse físicamente de la niña es lo que le corta la respiración.
La novela se lee en una noche, y si no era de insomnio ahora lo será. El espeluznante mundo de los domingos de divorciados, es casi tan terrorífico como el mundo de los feriados de divorciados.
Continua leyendo este artículo en Rolling Stone/ Agosto

El Planeta de los Yiddish



El Sindicato de Policía Yiddish.
Michael Chabon
Editorial Mondadori
$9.500
428 páginas

Landsman “tiene la memoria de un convicto, las pelotas de un bombero y la vista de un desvalijador de casas”. Es además el policía que protagoniza la última novela de Michael Chabon, el laureado autor norteamericano que tiene más de 45 años y que el mundo sigue creyendo menor de 20. Es posible que sus libros asuman riesgos juveniles que sus contemporáneos prefirieron evitar y desde ahí surjan los prejuicios. A pesar de tener colgado en su escritorio un premio Pulitzer, y de rechazar la oferta de modelar para las tiendas Gap, Chabon escribe una novela negra, de arquitectura policial perfecta, una historia que resolvió en su cabeza antes de escribirla.
Esta vez el pueblo judío tiene su reducto en Alaska, Judialaska según el peyorativo neoyorkino, gracias a la concesión temporal de los aliados luego de la sangrienta expulsión de Jerusalén en 1948, en el frustrado Estado de Israel que no alcanzó los tres meses. Pero este beneficio también termina y desde ahora su independencia será administrada por los verdaderos dueños. No se trata de un conflicto bélico. Y aunque el autor hable juguetonamente de la “franja de Alaska” no hay uniformes marciales ni terroristas en el relato. Toda la sangre fue derramada en el Holocausto y luego en oriente medio. La reservación sionista tiene el mismo cuidado que un arrendatario le brinda a un departamento alquilado, ninguno, a pesar del boom económico judío que obviamente aterra a los vecinos de turno.
El proceso “Revocatorio” está en marcha y es lo que concentra la atención de los judíos, es en este escenario en el que se produce el crimen del vecino de habitación del policía Landsman. Solo a un tipo sin vida, y obseso con la profesión, podría importarle resolver el enigma cuando todos miran deprimidos una vez más el cambio de bandera.
Continua leyendo este artículo en Rolling Stone / Agosto

13 de julio de 2008

Inspector Crusoe...

Cliente: Tiene el último de Hernán Rivera. Es algo así como "Mi nombre..."
Par time: Claro, "Mi nombre es Pantera Rosa".
Titulo original: "Mi nombre es Malarosa".

13 de mayo de 2008

21 de abril de 2008

5 de marzo de 2008

"shoplifters" o nuestro "mechero culiao" de cada día


Por James Yamasaki.
En mis ocho años de trabajo en una librería independiente, perdí la cuenta de cuántos "shoplifters" perseguí a través de las calles de Seattle mientras gritaba "suelta el libro conchetumadre!” Los perseguí por plazas peatonales apretadas por la tarde, los perseguí a través de los callejones en la noche,incluso perseguí a uno en un túnel del metro. Perseguí a uno por la costanera, en donde me gritó, “aquí están tus libros de mierda!” y lanzó media docena de ejemplares en rústica, incluyendo "La historia de los Estados Unidos", al fondo del mar, y prefirió mirarlos lentamente hundirse en la suciedad a devolvelos al librero. Él tenía ese feroz destello orgásmico en su ojos, el de alguien que vive en el clímax de su propia película: Supongo que él sentía que los liberaba de alguna manera.

Trabajar en una librería independiente es siempre estar sobre los "shoplifters". Puedes pasar toda el día observando a la gente, preguntándote si alguno de ellos es un puto ladrón. Cada "shoplifter" apresado es una victoria importante contra las fuerzas de la oscuridad; cada día que se te escapa uno son por lo menos 10 minutos rechinando los dientes.

Conozco a algunos libreros enloquecer cada vez inventariaban la tienda. Y con buena razón: Una banda de shoplifters puede hacer quebrar un negocio prospero. Un propietario, famoso por su habilidad de atrapar a estas ratas, se dedicaba por horas a hablar con los extranjeros y entregar detalles fílmicos sobre sus espectaculares capturas.

Hay toda una economía subterránea de libros robados. Pero este submundo es fácil descubrirlo si adiestras tu oído. Una vez un "scruffy"(flaite) grande se me acercó con un pedazo de papel doblado: “Usted tiene cualquier libro de Buck?” se detuvo brevemente y miró el pedazo de papel. “Cualquier libro de Buckorsick?” Sospeché que quiso decir Bukowski, pero no se lo aclaré, y le pedí ver el pedazo de papel que sostenía. Estaba escrito en cursiva y claramente no lo escribió él:

1. Charles Bukowski

2. Jim Thompson

3. Philip K. Dick

4. Williams Burroughs

5. Cualquier novela gráfica

Ésa es la lista de los cinco autores y temas más robados de Nueva York. El origen del papel todavía me desconcierta. Puede que haya pertenecido a un librero de usados sin escrúpulos, como quien envía a un sicario para hacer su trabajo, o puede ser que fuese un ladrón de libros ayudado por a un amigo semi-analfabeto que al menos identificaba la mercancía valiosa. Le pregunté al flaite si prefería "Pulp" o "Mujeres" de Bukowski y si su libro favorito de Thompson era "La partida" o "El asesino dentro de mí". La charla de libros lo puso nervioso, y me espetó con suma honestidad:“usted es una pequeña perra amariconada” y raspó.

La mayoría de las librerías de usados evitan comprar los textos de la lista de arriba, pero como se venden rápido no falta el desvergonzado que saca grasa de cualquier pescado. La lista de autores robados se repite asombrosamente aunque nuevos artistas han ganado su lugar en el panteón que ocupa Thompson, Palahniuk, Murakami, y Danielewski. Estos autores, considerados antisellers, son inmensamente populares entre los "shoplifters", aunque ni siquiera han leído una solapa de los libros en cuestión. Hemos perdido en nuestra librería cientos de dólares en novelas gráficas, recuerdo a un predicador famocillo, que se llevaba frente a mi nariz "El caballero oscuro", meses más tarde lo sorprendieron en un descomunal fraude y me alivié al pensar que otros les robo mucho más. La ciencia ficción y la fantasía son altamente demandados por estos infelices.
Cuando trabajé en una cadena de librerías nunca pensé en los ladrones dentro del gran-rectángulo, los shoplifters nunca cruzaron mi mente; gracias a los protectores de seguridad pagados por la corporación. Aun así hay mucho robo. Pero las cuestiones legales son bizantinos para los peones preocupados de extender al máximo las comisiones de venta. Eso si, con las cámaras se descubrieron otras atrocidades, tales como tipos que se masturbaban en la sección infantil de una supercadena.

Pero los libreros independientes se lo toman de manera personal, al punto de encarar a los ladrones e invitarlos a cambiar el rumbo de su detestable oficio :“Porqué usted no le roba a una librería de mall hijo de la gran puta?” Ninguno de ellos respondió.


*** El artículo anterior fue obsequiado electrónicamente por Senen Cornejo, siempre atento a los padecimientos de los libreros independientes frente a los hijos de puta que hay en todas las latitudes.
***El artículo está traducido del inglés per moi. Lamento los ripios y cualquier condimentación se me escapó de las manos.

1 de marzo de 2008

"Los clientes son como los hijos, uno no los escoge"

"Están bajo normas europeas provenientes de Estados Unidos" (explicación fácil del mercado editorial)

"Quisiera algo tipo 'animalista' o 'écnico'" (Clienta especial)

"te pido que cambies, que des un giro a tu vida de 360 grados" (clienta preocupada por temporal estado anímico)

"¿Lo llamaste?" - "Sí, hablé con él pero no estaba" (vendedor presionado)

"Y esta obra póstuma, ¿la escribió después de muerto?" (Cliente metafísico)

"Si no llegan los textos el viernes soy capaz de hacerme el 'Daikiri'" (Apoderado)

"Lo más importante de nuestro negocio es el ´new how´, el saber hacer las cosas, eso no se logra de un día para otro" (Gte. editorial)

"Me he comprado un 'pendraiver' de cuatro 'jigus'"

"¿Has verificado la fuente de la noticia?"
-"La fuente… ¿cómo la fuente, el tipo de letra o cómo?"
(Conversación telefónica entre editor y diseñador)

"¿Tienes un marcador indeleble?"
- "Eso se llama marcador de CD"
(Diálogos de Partimes)

"Por favor, si no te llega este email llámame"
(?)


"Yo al principio era nueva, después ya no"
(Diálogos de Partimes)

"¿Sabes que el jefe tiene un blog?"
- "¿Un clock? Ojalá que con eso trabaje más rapido y a tiempo"
(Diálogos de Partimes)

"Cada minuto que te tardas en enviar los textos de medicina, muere un niño más" (Crítica a proveedor de libros médicos)


"¿El Motorola V3 BLACK, ¿es el negro?"
(Refuerzo de ventas)

20 de febrero de 2008

Qué Leo en el diario de un viajero francés.





Mardi 06 Novembre 2007 : Nous arrivons à Santiago de Chile vers 15h. Il fait très beau et chaud 30º. Nous prenons le métro propre et clair jusqu'à la station Plaza Italia qui se trouve au centre de la ville. A la sortie je perds Anastasio, je vais seul jusqu'à l'hôtel Providencia. Je pose mes bagages dans une chambre au fond d'une cour. Je me rends à l'office de tourisme. Sur la carte touristique qu'l me donne, différents itinéraires pour découvrir la capitale chilienne. Je choisis celui conduit sur les hauteurs du cerro San Cristobal, là où se trouve la vierge. Je commence à marcher dans l'avenue Providencia. Je vois une très belle librairie moderne "Qué Leo". J'entre. Je m'adresse de suite au propriétaire indépendant de la librairie, Juan Carlos Fau Gonzalez. Il me donne rendez-vous pour une interview le jeudi 08 Novembre 2008 à 10h. Je reprends mon chemin dans ce quartier commerçants, de bureaux, et d'habitations. Je longe le fleuve qui traverse Santiago de Chile. J'arrive à l'entrée du parc. Je commence à grimper par la route la colline San Cristobal, au-dessus de ma tête le télépherique. J'arrive en haut du cerro. Je découvre la ville qui s'étend jusqu'aux flancs des pré-cordillières des andes et sur toutes les montagnes qui l'entourent. Je ne monte pas jusqu'à la vierge, j'irai demain. Je redescends par un des chemins qui traversent le parc. Je traverse le barrio bellavista, le quartier culturel et animée de la ville. La nuit commence à tomber. Je franchis le fleuve. J'arrive Plaza Italia. Les lumières des nombreuses tours au bord de grandes avenues s'allument. Je dîne. Je me couche.

Jeudi 08 Novembre 2007 : Il fait toujours beau et je prends de nouveau mon petit déjeuner sur la Plaza Italia. Je me rends à la librairie "Qué Leo". Je photographie le libraire Juan Carlos Fau Gonzalez devant sa librairie que je photographie et je filme ensuite. Nous nous installons dans un canapé au premier niveau devant le rayon beaux-livres et beaux-arts pour l'interview. Avant de partir j'achète le roman d'un nouveau écrivain chilien qu'il conseille "La Fronda Aristocratiza" d'Alberto Edwards. Un premier roman dans une écriture très ciselée et choc parlant de la différence de classes sociales à travers une histoire d'amour entre un jeune homme de bonne famille et une femme d'âge mûre. Je rentre à l'hôtel. Je fais une sieste. Je vais à la poste pour envoyer le dvd que j'ai filmé, mon essai de documentaire à mon ami Tristan et le livre à la bibliothèque de Nogent-sur-Marne. Je retourne à la librairie "Qué Leo" j'achète un livre de Laurent Gaudé "La mort du roi Tsongor" traduit en espagnol pour offrir à Marcella qui travaille à l'hôtel et à son mari qui m'ont invités chez eux ce soir.Je bois un café avec Juan Carlos et je lui dis au revoir. Il est 20h je monte dans la voiture de Marcella. Sur le trajet jusqu'à son domicile, elle s'arrête devant la porte derrière laquelle étaient emprisonnés les gens sous Pinochet. Elle me conduit sur les pentes des pré-cordillières des andes. Nous dînons dans son pavillon. Le couple a deux filles. Ils font partis de la classe moyenne qui devient plus nombreuse au Chili. Elle me raméne à minuit à l'hôtel.

www.tmlire.com/site/index.php

12 de febrero de 2008

Enfermedades falsas asociadas al oficio (igual de falso).


En 1876 el librero Irlandés Edmund Rice desarrolló una extraña manía que muy pocos especialistas intentaron dilucidar, ni siquiera despejar. Rice sufrío incalculables años de insomnio, y aun así atendió su pequeño depósito de libros en Belfast puntualmente de lunes a viernes y comulgó todos los domingos. De acuerdo a los escazos retratos intelectuales de la época, el señor Rice derrochó un mal humor entrañable hasta su muerte. Sin embargo su funeral fue inexplicablemente concurrido. Las lenguas viperinas lo atribuyeron a la bonanza económica alcanzada por su hermano, marino mercante, que terminó sus días en Argentina.
Una hermosa publicación describe la librería como un lugar austero, digno para la lectura y limpio por sobre todas las cosas.
Edmund Ricé trabajaba solo. Recibía, clasificaba y vendía los libros que el mismo marcaba de catálogos londinenses. Solo una mujer asistía al librero dos veces por semana en las labores consagradas al aseo más profesional de los escazos metros cuadrados que componían el universo de la Irishboockstore.
En la crónica más extensa que se encuentra de este librero se detalla como en los estantes más del 90 porciento de los libros están envueltos en papel y atados con pequeñas sogas, y en los lomos se encuentran remarcados los títulos de los ejemplares con una gentíl caligrafía.
Esta envoltura le daba a la librería un aspecto de orden impecable. Eran paredes de 3,5 metros de altura empapeladas en tonos crudos. Edmund se esmeró, hasta el día que cerró la Irish, en que todos los tomos estubieran perfectamente atados y cubiertos.
Pero no todo pasaba por el sentido estético y preservante de su mercancía, hasta que recibí en una antología de cuentistas irlandeses un pequeño relato, inédito hasta entonces, de un tal Edmund Rice.
La historía va de un detallista y atento librero que consigue las novedades primero que nadie en la ciudad, que encuentra traducciones maravillosas en catálogos soñados. Sin embargo su ansiedad comienza a dejarlo sin sueño.
Lo peor de todo es que logra conciliar desde las 5 hasta las 7 de la mañana un breve descanso, que se vuelve terrorífico a la hora que comienza su pesadilla. El personaje de Rice, su alter ego librero, sueña que comienza su jornada y las letras que componen cada uno de sus libros ya no están, se han ido.Los libros están en blanco, ahora vende cuadernos. Frente a la tragedia no decae.
Es por ello que cuando recibe los nuevos libros se apresura a sellarlos con papel y atarles la cuerdita para que ningún personaje se atreva a escapar de las novelas y cagarle el negocio.
A Rice no lo abandonó jamás un personaje, se convirtió en uno. Los atrapó a todos.

2 de febrero de 2008

Por seguir la corriente.


WASHIGTON.- Un hombre cuya esposa murió por una descarga eléctrica tras hacer el amor puede ser acusado de homicidio involuntario, ha revelado la policía del estado de Pensilvania.

Kirsten Taylor, de 29 años fue encontrada la semana pasada inconsciente en la vivienda de la pareja y murió tras ser llevada a un hospital por la policía. Su esposo, Toby Taylor, de 37 años, reveló en una declaración jurada que la mujer había sufrido una descarga cuando se secaba el cabello.

Sin embargo, quemaduras descubiertas en el cuerpo de Kirsten indicaron que era imposible que eso hubiese ocurrido, según la versión de su esposo.

La policía informó de que, posteriormente, el hombre admitió que había conectado un cable al cuerpo de su mujer en una práctica habitual en la pareja que hasta entonces no les había ocasionado problemas.

Taylor, quien también enfrentará un cargo por "conducta irresponsable" fue arrestado el pasado 24 de enero y un juez del condado de York le ordenó pagar una fianza de 100.000 dólares para recuperar su libertad.

"Taylor recuperó su libertad al día siguiente tras pagar la fianza y ahora una decisión judicial", reveló un portavoz de la policía del condado de York.

Agregó que antes de que se presente una acusación formal de homicidio involuntario la oficina del fiscal deberá determinar si existen suficientes pruebas con ese propósito.

"Se están reuniendo esas pruebas y cuando se determine que existen fundamentos para un juicio se fijarán las fechas del proceso judicial", indicó.

27 de enero de 2008

Expiación

Los pecados de la infancia o de la primera juventud son tan imborrables que debiéramos tener una inmensa sección clasificada por delitos; Impresentables, graves, menos graves, y Novelas Históricas.
Como cada uno lee desde sus dolores, yo me había quedado con la buena historia del hijo de la nana, acusado incorrectamente de violentar a una muchachita en las afueras de un castillo británico. En sus descargos muy posteriores contra su principal acusadora le tira en cara que su odiosa familia había encontrado en él al perfecto pervertido plebeyo, pobre y aspirante a delicado.
Pero en la película, que es un ataque más frontal contra el espectador, es la acusadora quien mejor lleva el título de la obra, y que incluso corrige a desordenados y resentidos lectores.
Es gracioso como un lugar común en manos de un talentoso cobra nuevos bríos, y la guerra contra el cliché con la que nos entusiasmo Martín Amis, se va a la basura. EL jovencito siguiendo a su amada por una calle humeante de Londres, mientras ella mueve suavemente su mano alejándose en un bus colorado con promoción de la cerveza Guinnes de los años 40. Y lloras.
Y si no lo leíste lo vas a comprar. Y si lo leíste la debes ver.Cuando ocurre el milagro de la promoción fílmica de una novela, los vendedores y gerentes de las editoriales conmemoran. Les cayó del cielo una promoción inaccesible para ellos, impensada para el mundo de los libros y se consiguen los afiches de Hollywood y les cuelgan la maravillosa "Basada en el libro" , o peor aun,el pendón picante a escala del original. Y que le vamos a hacer, asumamos que somos rémoras de una industria de verdad.
En la película de Expiación hay algo más que correcciones a lectores distraídos, hay indicaciones literarias potentes, de esas que solo puede hacer un consagrado.Es el por que la literatura puede hacer que niñas aristócratas, por lo general imbéciles y egoistas, puedan redimir sus cagadas con buenas letras, pero ojo que no es mi resentimiento esta vez, es el de Ian McEwan.
Los elementos técnicos le otorgan al cine ciertas fijaciones que la novela no soporta. McEwan inventa otro autor para su libro, un alter ego femenino -la pequeña aristócrata perversa enamorada-, que ordena y corrige los errores de su vida frente a la máquina de escribir. Y el director de la película utiliza un primer plano cerrado, de los mismos ojos azules de la culpable de 12 años, ahora llegando a los 70, en una confesión que no le abrirá las puertas del cielo pero la dejará dormir siestas más plácidas.
Incluso, podríamos elaborar, imitando el pendón picle, una miniserie local con el tema del roto acusado de estupro, el drama es de dónde sacamos aristocracia. Es decir, aristócratas de verdad. Si postea Jorge Edwards nos vamos todos para la casa!


Aprovechando el falso ímpetu rejuvenecedor de vacaciones, observarán en el historial de publicaciones un árticulo respecto de los engendros en la literatura actual, los argentinos -atentos al fenómeno- filmaron XXY, la historia de Alex, un -una- adolescente hermafrodita que vive al sur de Uruguay junto a sus padres. En algún minuto la película me pareció la zorra, pero muchas otras me parecio como el ..., perdón, era inevitable, dado que uno de los protagonistas es un muchacho famoso por sus comerciales de Sprite, que en su debut sexual cree que se va a tirar a Alex, pero sin mediar cariño lo voltean, muerde de almohada y abre los deditos de los pies. Después de eso perdí la concentración y se me ocurrian toda clase de bromas contra el adefesio en el colegio, tallas no explotadas por el director. Qué hacé Mostro? Fenómeno eh!

10 de enero de 2008

Quieres ser Héctor Soto?


En un inesperado arrebato de ego, Héctor Soto presentará en Qué Leo Providencia la suma de su obra crítica. Los encargados de someter a Soto al vergonzoso acto de recibir los elogios serán Alberto Fuguet y Christian Ramirez.
Para contrarestar la dulcura y la devoción, el Bar Dublín se rajó con las cervezas.
Jueves 17 de enero a las 19 Hrs.
Providencia 2102

5 de enero de 2008

El Hits del Verano


Existe algo así como la canción del verano en versión libro? Un bailable como "Clávame la sombrilla" en literatura.
Lamentablemente no. Aunque el año pasado Pamuck fue la comparsa de las toallas intelectuales. Probablemente en este "summer 2008" lo sea Doris Lessing, la premiada del 2007. Y Perez de Arce hará nata en los yating de santo Domingo y Algarrobo. En los balnearios progresista insistirán con F. Vallejo y su "Puta de Babilonia" alimentando ese vergonzoso deporte que denosta a la Iglesia católica y que nos agotó a la mayoría en la adolescencia. Seguramente la pronta visita de Julian Barnes despierte el interés de algunos y se sorprendan con "Hablando del asunto".
Es la playa el lugar más adecuado para leer lo que deseaste en invierno?. Es la playa el lugar más adecuado para leer? Es la playa un lugar adecuado? No. Pero de que se venden más libros se venden. No es que los libreros nos hagamos ricos, como los fonderos para el 18, pero los más atentos entienden que la mayor cantidad de libros se venden entre diciembre y abril. La estadística tiene que ver con el nivel de ventas, única y exclusivamente, no con el de lectura. Claro, dado que mucha gente compra el arsenal de libros para "leer en la playa" pero es en definitiva el "arsenal de libros para el año". Y probablemente no sea más que eso, el deseo de leer en un espacio de tiempo determinado que se prolonga por otros 330 días.
Atendiendo al clicé "qué lee Mr. famoso este verano" no es más que eso, el clicé, el inserto obligado. Como lo es la Parada Militar, el borracho en la ramada, el niño con juguete el 25 de diciembre, el maravillosos Bikini de Reñaca, la reina del festival de Viña, el paso bajo nivel inundado en junio, el primer dìa de clases, el precio de los uniformes, la preemergencia, el corrupto del año etc...
Igual he dado varias recomendaciones para este verano, como por ejemplo "El Secreto" de Ronda Byrne, un maravilloso libro que te acercará a ti mismo, un libro perfecto para la playa, livianito, lindo, muy lindo... Es hueveo! que lata decir que es hueveo, pero evito la confusión.

29 de diciembre de 2007

El verdadero origen epiléptico del rock británico


El atormentado Ian, frontman de Joy Division, padecía epilepsia. Cada una de sus presentaciones fue una contracción muscular a la espera del corto-circuito espasmódico. Joy División era Ian Curtis y otros tres que repetían los mismos compases en diferentes velocidades siguiendo al vocalista, tal como lo vienen haciendo los ingleses hasta hoy. Todos mal alimentados y mal drogados coexistieron milagrosamente con sus extremidades.
Ian se casó a los veinte y algo con una chica de su pueblo, tuvo también una hija antes de los treinta. Anikk fue su fiel y cosmopolita amante belga, a ella le dedicó centenares de cartas explicativas de sus temores. Todo indica que la amó profundamente pero nunca abandonó a su mujer, claro hasta que decidió abandonarlos a todos. Curtis leía con devoción a Conrad, en sus canciones encontramos El Corazón de las Tinieblas, su novela predilecta en una nueva interpretación: La lucha entre la conciencia y el corazón. Tal como en la novela, Curtis enfrentó la vida como si comenzará el segundo tiempo con tres goles en contra. Escondiendo la cabeza, avergonzado de sus ataques en público, culpable de sus elecciones, deseoso de escapar con la chica que amaba y azotado por una paternidad irresponsable. Al igual que tantos otros su destino trágico estaba pintado en la historia universal del rock. No se pierdan la excelente película británica "Control", dirigida por Anton Corbijn, en blanco y negro, con no más de doce actores, con una banda sonora impecable. Como bonus track, luego de limpiarse los mocos al final, lean el "Corazón de las Tinieblas" que no tiene más de 100 paginas y todas nuestras vidas contenidas en él.

25 de diciembre de 2007

Autoayuda


Son dos las variables que generalmente te acercan a un libro. La principal es la recomendación autorizada, y segunda la tincada basada en una buena portada, una buena ubicación dentro de la librería o una huincha cautivadora.Cuando falla la recomendación, o no es posible conseguirla, para evitar la frustración vas por otro del autor o una versión endulcorada del original. No se imaginan el placer que produce cuando un cliente regatea una de estas novelas enmarcables y no lo lleva por que pensaba pagar un par de pesos menos. Al otro día regresa y con tu mejor sonrisa blanqueda le sueltas la banda sonora de la bookstore local: "Está agotado, le dije, pero usted no creyó".
Es así como Autoayuda, de Lorrie Moore, después de 20 años de su primera edición recién existen posiblidades de encontrar algunas copias. Pero, como en casi toda la buena literatura, estos veinte años nos prueban la vigencia de la académica escritora. Todos los cuentos que componen Autoayuda tienen un un nivel sobresaliente, y otros dos son imborrables, sobre todo el primero, "Como ser la otra mujer". La chica perfecta elabora un manual de como conseguir siempre al hombre de otra, o intenta descubrir la receta para que las que hacen de "otras" no cometan los errores básicos. Pero no es Brigit Jones, ni mucho menos. Es ácida y dolorosa, es una de esas que de verdad puede hacer tambalear un matrimonio "bien constituido", pero al final siempre se vuelve al redil de los santos. Con ese cuento los miserables de siempre ya debieran darse por pagados, pero la gringa te vuerle noquear dos relatos más tarde. Sumen Autoayuda a nuestro canon.

29 de noviembre de 2007

Yo soy mi propio asesino.


Uno no es más que la suma de dolores y gracias que logra construir y destruir en el lapso que te tocó. La mayoría es buena gente, o al menos el bien es el norte, y así nos educan. Son los menos los que buscan abierta y profesionalmente aniquilar a otros.
Después de vivir en los ochentas y recibir todos los estímulos cinematográficos con la resaca gringa de Vietnam pocas ganas te quedan de seguir con la Segunda Guerra y de ahí hacia atrás. A pesar de eso resistes y te encaminas por los nazis y el holocausto. He aquí el punto. Qué pasa cuando un oficial SS narra sus memorias, lejano a las culpas, cual zapatero te enseña su oficio. Te deslumbras, no lo liberas, pero hasta intentas comprenderlo. Y tampoco es lo de siempre "creía que hacía el bien", nooo el puto nazi gozaba matando.
Cada vez que un escritor echa luz a un ángulo diferente despierta interés. Cada vez que alguien se ofende giramos la cabeza, es inevitable observar un conflicto. Nos altera y tomamos una trinchera aunque los protagonistas no se enteren, a lo más resulta una sobremesa acalorada.
Las Benévolas, es una inmensa novela de casi mil páginas y seduce desde su prólogo. Me importa una real raja si es bestseller, longseller, o Peter Seller, la novela te engrupe desde el primer párrafo, y aunque es ficción entras al toque en el juego. Ojo con eso del juego. Mi estimado Al Pacino a cada rato nos recuerda que los que están en las películas son actores, y aunque les disparan mil veces no mueren, y aunque te emocionas y te chorrea la nariz sabes que es mentira, que está haciendo solamente una buena pega. Pero no falta el latero que te dice que es un actor, que todo eso no es real, que es una ficción, que es producto de una industria que factura. Los reclamos contra el éxito comercial de Las Benévolas no es más que paja académica, es decir, paja a dos manos.

25 de noviembre de 2007

El Fucking Secreto


Tan absurdo como un libro que intenta dilucidarlo todo, es quien cree que un libro puede dilucidarlo todo. De verdad no me cuesta nada venderlo, lo entrego y punto. El problema es la cara de pregunta del que se va a gastar 20 lukitas en "El Secreto" de Rhonda Byrne. Que le puedo decir a una linda y añosa señora que me sonríe cómplicemente esperando que confirme su elección y le diga lo bueno que es.
No puedo, abusaría del sarcasmo. "Claro señora, en esta huevada viene la receta de la eterna juventud, la cura del cáncer, el sida, como retener al marido, como ser buena madre, como ser buen hijo, como tirar como los dioses, como tener éxito en los negocios, 40 recetas contra la halitosis, que hacer con el dolor de huesos en invierno, como sacar las manchas difíciles de la alfombra, como peinar la alfombra, como condimentar el pollo navideño, y todo eso por la módica de 40 USD". No señora,no puedo. Pero le puedo decir que todas las estrellas del cine lo están leyendo y debido a eso los animadores de matinales locales también..
Ustedes entienden que mis prejuicios siempre tiene más sospechas por lo académico que por el mercado, pero en este caso, junto a otros cinco mil, el fenómeno se explica por otras artes.
Hay quienes siguen a un pastor, otros tiene un credo religioso milenario, una secta, un club, una organización, una corporación, una institución,y en el mejor de los casos un amante. Por qué no un libro que lo resuelva todo?, Los abogados me enseñaran el Código Penal, Los Médicos el Atlas de Anatomía, Los religiosos la Biblia, los sociólogos, los sociólogos, los sociólogos...Mmmm?

Desde ese punto de vista, y ningún otro, 40 USD son un moco de pavo, total los antes enumerados se llevarán bastante más que las miserables 20 lukas.

14 de noviembre de 2007

Carretera


La máxima expectativa de los personajes de Carretera de McCarthy es que mañana la temperatura tenga dos o tres grados más que hoy. Y es por la misma razón de aquellos que sienten que lo tienen todo, y en rigor no tienen nada.
De verdad que ya no importa quien cortó los arboles ni quien contaminó los ríos, ya no importa un carajo, solo se tiene el uno al otro para seguir buscando. McCarthy es una bestia, cada riesgo que asume el padre te hace temer por el niño y su soledad en un mundo acabado, y la muerte del niño ni decir.
Tantas veces repetimos que la ficción nos explica mejor la miseria humana y esta vez podemos decirle a Al Gore que su apocalíptica visión del próximo mundo tiene los mejores protagonistas en manos de la pluma más fiera y conmovedora, al menos de este año. No son más de docientas páginas bastante espaciadas por los diálogos.
En toda su magnitud Cormac da una clase de uso eficiente y breve de lo que debe doler y lo que debemos ignorar. Hacía rato que no me encontraba una historia que no me dejara en paz, que deseará concluir lo antes posible a pesar de que me asomaba al precipicio. Maldito Cormac McCarthy, la contundencia de su golpe llamado Carretera te deja insomne, te hace correr a tus hijos, te muerde, te saca un pedazo. No debiera ser necesario recomendarlo, debieras asumir que este puñetazo lleno de letras te convertirá en otra persona en el punto final, y creanme que no es hueveo, ni el más mínimo hueveo.

24 de octubre de 2007

Sin Sangre


Después de todas las postergaciones posible asistimos a la representación teatral de la perfecta novela de Baricco. Toda la venganza, todo lo despiadado del texto, todos los malos y buenos tipos, ahora tienen una nueva lectura. Es otra traducción, otra mirada, y no es un juicio de valor. Solo es. Y no nos atormentemos con el original, es otra cosa. Tampoco es una inspiración libre de la venganza como tema. Pero las sensaciones son diferentes.
En medio del libro la venganza te corroe, se justifica, te resulta empática y deseable, la venganza como justicia. En el teatro es la compasión y el perdón, el deseo de que nada hubiera ocurrido. La idea de que todos somos víctimas y victimarios.
Lo sorprendente es la exposición de los actores, la producción verdadera y profesional. Tipos que se toman la pega en serio. Que no juegan al artista, que lo son. Es una experiencia. Es someterse a un tunel de emociones, que te hacen sentir una buena persona. Un poco como ir a misa después de 34 años de pecados bien vividos. Me entienden. Es una gran obra, pero me sentí demasiado bién. Pensé bien de todos menos de mi. Aun no se si se puede superar el odio tirando.

11 de octubre de 2007

Librería Rockera


En las manos de Don Alvaro Henriquez observarán uno de los más preciados tesoros de Qué Leo, La filmografía completa de Kubrick. La horizontalidad del rockero es la manera perfecta de disfrutar el libro según el manual.

8 de octubre de 2007

Un clásico instantaneo.











El título fue la definición de un buen columnista que nos descubrió recientemente. Somos la misma vieja librería llena de rincones, pero ahora con un resto más de presupuesto, o mejor dicho con presupuesto. Muchos temieron que el óptimo servicio y el gran espacio nos convirtiera en una FNAC, ya lo quisieramos, pero aspiramos a tener la variedad de libros que entran en un super, y la misma estúpida honestidad para sospechar de otros miles, pero que igual estamos dispuestos a vender

25 de septiembre de 2007

LO MÁS PARECIDO A UNA LIBRERÍA





Ahora solo nos falta un pequeño detalle, los libros. Pero ustedes sabrán que en poco rato ya no tendremos dónde poner más títulos, y acudiremos, una vez más, a nuestro sediento ¨maestro¨.